Mienten

Nada es lo que parece.
La vida se transformó en un juego,
en el que todos los personajes mienten.
Todo es un puto y maldito engaño.

Mienten.

Mienten para agradar.
Mienten para seguir conviviendo.
Mienten para ocultar su basura.
Mienten para elevar su ego.
Mienten para evitar la soledad.
Mienten para ser.
Mienten para pertenecer.

Mienten.

Mienten para cojer.
Mienten sobre cómo cogieron.
Mienten sobre su fé.
Mienten sobre sus preconceptos.
Mienten sobre sus fobias.
Mienten sobre sus miedos.
Mienten para creer.
Mienten para no ver.

Mienten.

Mienten sobre sus miserias.
Mienten sobre sus deudas.
Mienten sobre sus deseos.
Mienten sobre sus lujurias.
Mienten sobre sus penas.
Mienten sobre sus mentiras.
Mienten y mienten para poder seguir mintiendo.

Mentir es como una droga,
y mucha gente está subiendo sus dosis.

Y ante la sobredosis de mentiras,
existen dos o más culpables.
Los que mienten y los que los siguen escuchando.

Pongo en aviso a los clientes de éste Bar.
El cartel de la puerta exige a los que entran:

"Sea un auténtico maleducado
antes que un mentiroso cortés."

Porque a mí lo que veo, me distrae de lo que dicen.
Porque a mí lo que son, me distrae de lo que fingen.