Paradoja

Ya cayeron todos.
Mis chicas se rindieron ante el sueño.
La luna hace rato se me fugó entre las nubes.
Madrugada, y acá estamos, de reflexiones.

El porqué de vivir.
Pensando en que siempre escribo mejor cuando peor estoy.
No es así cuando estoy relativamente felíz.
Y creo que está bien que sea así.

La felicidad no hay que escribirla.
La felicidad hay que disfrutarla.

Estoy solo.
Y no es literal, claro está.
Los míos están acá. Eso lo sé.
Los puedo ver, escuchar, vivir.
Pero creo que todos están metidos en su propia existencia.
Quizás ellos son los que no me ven.
Solo y no tanto. Una paradoja.
Este estado me ayuda a escribir un poco, veamos.

Yo soy Jimmy.
Creo que a veces no demuestro en realidad quién es Jimmy.
Cosas de la vida me hicieron así, supongo.
Esas mismas que me trajeron al mundo.
Si venís de miserables, cuesta sacarse las miserias del lomo.
Disculpen, pero a la prudencia hoy no la configuré bien.

Una constante en mí es decir las cosas en forma explosiva.
Tantas peleas pude evitar y sin embargo sigo sin callarme.
Hoy no me callo, hoy grito.
Grito nocturno sobre lo que me tiene despierto.
Eso que me aturde de madrugada,
cuando ya no hay mucho por hacer.
Eso que viene frío y me pinta de negro.
Me pone triste, me deja ciego, me abre la caja de Pandora.

Por suerte, ya sé que la vida es un laberinto.
Si bien de noche me pierdo en ciertos caminos,
de día acierto en muchos otros.
Ahora tengo que encontrar la salida.
Dormir y esperar las luces.

Vuelvo sobre mi paradoja.
No será estoy buscando respuestas que ya encontré?
No será que soy bastante felíz?
No será que las personas no me ven
porque no muestro esa pequeña felicidad?

Quizás esa sea mi paradoja...
No muestro lo malo, lo escribo.
No muestro lo bueno, lo disfruto.
Quizás esté madurando y la paradoja desaparezca...