Cerrando puertas

Algunas personas pasan por nuestra vida
para que nosotros podamos crecer.
Te enseñan una lección,
Te enseñan a descubrirte...

Esas gentes horribles y repulsivas,
afectan nuestras vidas profundamente.
Son las que te hieren, las que traicionan.
Pero son también, vaya paradoja,
las que te hacen conocer tus fuerzas.

Esas personas son necesarias para hacerte crecer...
pero, si alguien te hiere o te traiciona rompiendo tu corazón,
no vuelvas a confiar tan facilmente...
Tampoco es cosa de darles las gracias...

Esas porquerías te enseñan también
a tener más cuidado en quién confiar,
a quién dar, de quién recibir,
quién merece y quién no...

Ahora, las puertas están cerradas
y no sé por cuánto tiempo.
Es momento de cuidarse.
Porque tengo el derecho a hacerlo.

Sigo de pié,
esperando el siguiente round,
cómo un viejo soldado...

Alguien dijo una vez,
"Si no creo en mí,
nadie más podrá hacerlo..."
Es hora de ponerlo en práctica.